lunes, 22 de septiembre de 2008

SE QUE ME AMAS






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Aunque entornes tus pestañas de obsidiana,

oscureciendo el mar, el cielo, el universo.

Continuaré, tras el brillo sutil, diverso

del eterno fulgor de tu piel almendra.

Por que sé que no soy para ti una nada

sin relevancia. Porque sé que me amas.



Aunque dejes de respirar, paralices el vuelo

deteniendo el albor de tus deseos,

Olfatearé, en el aire, los vapores

De tus hormonas, tus genes, los latires

de tus poros, sedientos, expectantes.

Pues yo te siento, en mi aliento,

Porque sé que me amas.



Aunque borres tu huellas, y te escondas

en donde las mareas no se mueven

yo me hundiré en las corrientes submarinas

Y te hallaré en el eco de las finas

Oleadas que el deseo te provoca

en tus cavernas, tus grutas, tus lomadas.



Aunque te escondas, huyas, o me ignores,

Aunque me cierres tu interior, aunque me niegues,

Te buscaré, mujer, entre los pliegues

De tu orgullo , tu pudor y tu vergüenza.

Y me dirás, al fin, te amo, yo soy tuya.

Porque

desde el principio,

mujer,

supe que me amas.





Carlos Adalberto Fernández 19-08-06

¡¡ DIOS TE GUARDE MARÍA !!




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A la madre del grupo

Dios te guarde María

de todos los males del mundo

a ti como a tu familia

y cumplas muchos años

en Paz y Buena Compañia.



Que dure por muchos años

hasta que Dios lo disponga

de llevarte al cielo hermoso

por tus buenas y Bellas Obras.



Te lo desea de corazón:

Manuel Cortes
Al llegar tu cumpleaños,
yo te regalo, María:
un abrigo de mi tía,
una faja, no es engaño,
un chaquetón de buen paño
que se puso solo un día,
una falda de volantes
para que des tu buen cante
al pasar por la Gran Vía.

Para tus ojos de Sol,
tengo un colirio empezado,
pastillas pa el constipado
y un bello despertador
para evitar ser robado.
Para tus piernas, hay medias;
sujetador, pa esas cosas,
que ponen mi cara roja
cuando los veo con ellas.
Zapatitos pa tus pies;
calcetín grueso de lana,
pantalón de buena pana,
que poco usó de poner.
Un sombrerito al feo;
lleva un florón en la testa
que parece ser la cresta
de gallina en cacareo.

Estos son los regalitos
deste señor tonto y feo.

Muchas felicidades, María.

Besitos.

EMILIO MEDINA MUÑOZ

domingo, 21 de septiembre de 2008

Homo Traductorens

Serie: ESCENAS DE CIUDAD

Ciudad Escenario: Medellín, Colombia



En una estrecha oficina de profesor de universidad pública

se refugia un hombre que imaginás un poco Ícaro, un poco unicornio.

Es una especie rara, en vía de extinción más no de rendición.

Conocerlo es quererlo y quererlo es tenerlo en ese pedestal infranqueable

en el que sólo ubicamos aquellos seres humanos que nos deslumbran.

Me enseñó que traducir es hacerle el amor a las palabras

y que el que juega con el verbo ensalza el cuerpo.

Jamás se le oye hablar mal de nadie y de aquellos que tienen muchos

defectos y miserias, simplemente asegura que son seres en evolución.

Cuando me lo presentaron se me describió como poeta de emociones ajenas

y luego me explicó que el que traduce interpreta lo que la novia tímida no dice ya sea por pudor, por pobreza lexicográfica o por ser emocionalmente analfabeta.

De las viejas paredes de ladrillo de su oficina cuelgan frases célebres y pedazos de poemas en varios idiomas y estilos.

Te recita de memoria los poemas de Rimbaud y te hace estremecer con su voz cansada que suena a llamado de arcángel en perfecto francés.

Jamás ha salido del país pero te habla cinco idiomas con mejor acento y entonación que vos, que yo y que muchos hablantes nativos.

Su gran talento lingüístico lo hace parecer un diccionario de sinónimos con corazón.

Se ha dado el lujo de traducir desde panfletos incendiarios hasta novelas de temáticas diversas, pasando por aburridos ensayos filosóficos.

Si la universidad tuviese cuerpo sería el suyo porque su mente alberga tantos saberes como placeres y jamás se cansa de leer o de aprender.

Con él podés hablar de economía, de arte, de medicina y de los tres tabúes latinoamericanos: sexo, política y religión.

Es un firme convencido de que si las mujeres tienen un sexto sentido, los hombres tenemos un sexo sentido.

Cada domingo lo podés ver en Campos de Paz, hablándole a la tumba de su difunta esposa, recitándole a Neruda o explicándole a Goethe.

Tiene un hijo calavera, como tantos traductores, quien pese a rondar ya la trentena no se ha graduado de ninguna carrera y parece estudiante eterno.

Cuando abrieron el programa de traducción y le asignaron su cátedra de traductología pensábamos que le daría un infarto de tanta emoción contenida.

Era como si a un niño pobre le hubiesen comprado el juguete más caro.

Durante semanas enteras ensayó y preparó sus clases y a todos sus colegas nos preguntó: “creés que con esto los cautivaré o tendré que comprarme una guitarra?”.

Sus clases son una experiencia única, irrepetible y sus alumnos lo admiran y lo respetan como al abuelo sabio que quizás nunca tuvieron.

Es estricto y exigente, pero jamás hiriente.

A los aprendices de traductor como yo nos da lecciones de estilo, de redacción, de lógica gramatical, de manejo de clientes torpes y sobretodo, de vida.

Alguna vez me dijo que había matado ya al dragón y ahora me asustaba con el tigre.

En tono severo que se me antojó a la vez dulce me sermoneó: “mirá vos, escribiste novelas, cuentos y crónicas y ahora te dejás embestir por un simple texto?”

Dice que si la reencarnación existe y vuelve a nacer, escogerá ser traductor, porque Dios lo escogió a él para que le imprimiera a las palabras un toque celestial.

Podés catalogarlo de divino sin temor a blasfemar, porque su sapiencia, su sonrisa benévola y su inagotable deseo de ayudar a los demás son la prueba de que Dios existe.

Su amor por los animales te enternece y te vuelve cómplice de sus caprichos.

Tiene una mascota ajena que a la vez es pública porque no es de nadie.

Es una perra chandosa que desayuna de sus sobras y se echa a sus pies a hacer la siesta.

La mayor parte del año vive sucia y desaliñada, pero en diciembre él mismo la baña y la acicala para ponerle un vistoso moño rojo que simboliza la navidad y el amor.

Cuando le preguntás por qué no la adopta totalmente y se la lleva a vivir con él,

te responde que la quiere tanto que si la tuviera en casa perdería su objetividad y ya no podría regañarla por perseguir gatos y palomas.

Añade que en su casa sólo tiene espacio para el recuerdo de su gorda linda y para uno que otro libro que le refuerza la idea de que los seres humanos sí podemos ser inmortales.

A veces pienso que los traductores tenemos tanto amor para dar que lo volcamos en mascotas, plantas, amantes y hasta en alumnos desagradecidos.

Que se revuelquen los romanos en sus tumbas que hoy me deben estar condenando por este mal uso del latín, pero ante sus embestidas verbales de ultratumba solamente puedo refutarles, si existe un homo sapiens, por qué no un homo traductorens?



© 2008, Malcolm Peñaranda.

Carolina González Velásquez

Carolina ha visto sueño hecho realidad al ver sus poemas impresos en el libro el acto de amar. En sus propias palabras ella se describe asi.

Nacida y criada en Iquique, amante del sol, el mar y el desierto, apasionada por las letras, el folklore y cualquier muestra artística que represente a las personas y los pueblos. Admiradora de la verdad y la justicia... luchadora por la igualdad. En el fondo, una mujer como todas que intenta escribir.



Para adquirirlo, pongase en contacto con la autora a: caingove@gmail.com

Para Maria. De su blog


Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.

EMILIO MEDINA MUÑOZ

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