No somos nada

¡Qué triste, piba, lo que pasa!
No culpes al destino, no te entregues, lucha.
No toda está perdido mientras no hayas perdido
tu orgullo, tus recuerdos, tu rencor al cielo.
Pero ya estás jugada.
Qué triste, piba, si no somos nada.

Llegaste sola, inerme, vulnerable
a Buenos Aires, la pensión, la fosa.
El cuchillo en un puño, el corazón abierto
y una ansiedad de paz, de amor, de hombro con hombro.
Eso no es nada, la urbe lo demuele,
Hasta hacerlo artículo de feria.
Mirá que la luchaste. Y con eso qué:
caíste en el embudo de la picadora
sin saber que salíó, qué sos, y qué te queda
de lo que no llegaste a ser, y ahora
colgada del pincel buscas un charter
que te lleve a no importa, con quien con el que sea.

Cuanto vale lo mío, si a mí me da vergüenza.
Pero es lo único que veo: un puñado de sueños,
Las palabras amor, amigo, mano
y nada más, pero me alcanza
para reconocerme al alba, para marcar mi tumba
para decirme fui, creí, estuve.

Ya sé que no te alcanza. Si no somos nada.
Que triste piba, lo que pasa.
Si algún día volvés, aquí buscame.
Me verás igual, más pobre y viejo
Cuando digas "sos vos"
Te diré "pasá, ésta es tu casa"

© Carlos Adalberto Fernández--
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