Deambular por la última calle del poniente,
el sol rasante apenas, vestigios, casi sombra
de la sombra de robles de nuevo deshojados;
andar camino abajo con tantas soledades,
una niebla de ausencias que oculta el horizonte
tras la cresta de zarzas, de espinos y de abrojos.
Es la memoria, cree, una especie de muerte,
la salmodia del tiempo, de las horas deshechas
a la oración rendidas con su carga de lutos.
Expuesto a la intemperie, casi ajado, mi sueño,
soldado voluntario de lo tanto perdido,
se pierde en laberintos de supuestas salidas,
tan terco y tan callado como agosto en agosto
y se sueña consigo para no caer muerto.
Long Ohni
jueves, 24 de septiembre de 2009
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Para Maria. De su blog
Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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