de mi padre dicen
que soy mora
Siria la tierra
de su abuelo materno
por lo paterno del sur subiendo
que el Mansilla de Colombia hacia abajo
florece desde Argentina hacia arriba
sin olvidar el de Mulas que en España
es pueblo de cantos y fiestas
de mi madre descubren
que el armenio por alli anda
lo español no se queda atrás
y de refilón de los dos
aborigen y África seguro
en combinación debe haber
soy venezolana
mezcla de razas
de creencias
de sentires
como toda América
y cada trozo de tierra
donde el hombre deja sus huellas
orgullosa soy de ver en el otro
al hermano que Dios llamó mi prójimo
y llevo en mi corazón
sin distingos de sexo, raza o religión
Migdalia Beatríz Mansilla Rojas
Fecha :hoy , simplemente hoy
Noviembre 19 de 2008
domingo, 23 de noviembre de 2008
jueves, 20 de noviembre de 2008
Y nada dijiste.
De silencios que se comparten, nacen nuevos silencios entumidos.
No hay reconciliació n cuando se tienden las cartas sobre la mesa: un
par de reinas -de corazones de lágrimas y diamantes de dolor-, y una
tercia de reyes -de corazones rotos, espadas justicieras y tréboles en
busca de su suerte-, hacen un full perfecto de silencios nuevos donde
la nada esgrime su victoria. La razón no tiene dueño y huye con los
oídos tapados y sus grilletes abiertos al olvido.
Silencio contra silencio revienta las burbujas que marcaban cadencias a
un poema de mar atardecido, y a las mañanas de este otoño frío,
arrancan ascuas de miedo, que van muriendo en mi boca, entre salivas de
un beso muerto, antes, mucho antes de nacer.
¿Cómo se olvida la cara nunca vista de la luna?
Y nada, nada dijiste.
Issa Martínez
No hay reconciliació n cuando se tienden las cartas sobre la mesa: un
par de reinas -de corazones de lágrimas y diamantes de dolor-, y una
tercia de reyes -de corazones rotos, espadas justicieras y tréboles en
busca de su suerte-, hacen un full perfecto de silencios nuevos donde
la nada esgrime su victoria. La razón no tiene dueño y huye con los
oídos tapados y sus grilletes abiertos al olvido.
Silencio contra silencio revienta las burbujas que marcaban cadencias a
un poema de mar atardecido, y a las mañanas de este otoño frío,
arrancan ascuas de miedo, que van muriendo en mi boca, entre salivas de
un beso muerto, antes, mucho antes de nacer.
¿Cómo se olvida la cara nunca vista de la luna?
Y nada, nada dijiste.
Issa Martínez
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Para Maria. De su blog
Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.
EMILIO MEDINA MUÑOZ