No sabía qué hacer esa mañana,
si matarse o asar una manzana.
Entonces se quedó mirando el cielo,
el cielo raso de su desconsuelo.
En el reloj eran las once y pico
cuando la perra le acercó el hocico.
Así que decidió escribir pareados,
pobres versos que están casi olvidados.
Su mujer pasó junto a su rima
y la ternura se le vino encima.
Tan mezcladas tristeza y alegría,
no sabía qué hacer, nada sabía.
Y por fin comprendió con buena cara
que toda vida es una mezcla rara.
Jorge Luis Estrella
jueves, 13 de agosto de 2009
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Para Maria. De su blog
Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
1 comentario:
Una seguidilla hermosa Jorge Luis, besos de Julia
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