Volátil ella
No me sorprendí.
Caminé en su casa como antes,
cuando era cumpleaños
del niño Dios
y nosotras éramos sus pastoras.
Cómo cuando rescatábamos
regocijos de amor y ternura
al retozar en sus patios
al trensillo y la gallina ciega.
Cómo cuando escondíamos
osadías en colusión silenciosa
de esos ojos atravesantes
de la abuela.
Esta vez volátil ella
me tocó con su mano
envuelta en velos.
Habló poco.
Sólo me dijo:
L
U
Z
L U Z
Yo le dije:
A
G
U
A
A G U A
Julia del Prado (Perú)
Se publicará en mi nuevo libro de poemas: Tendido de sol maduro.
1 comentario:
Me ha gustado este poema. Lo he leído con mucho cariño y volveré para leerte otros versos.
Un beso, Julia
javier
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