domingo, 31 de mayo de 2009
AGONÍA
Desde el fondo de los tiempos--. Desde el fondo.
Esa mueca sombría delimita
Las fronteras del hoy y del pasado.
Nada ha cambiado, pero ha terminado
Una ilusión, sin vallas, infinita.
Me miro y veo la herida.
Un rictus tu mirada.
Murió y no queda nada
Lo que era amor, no es vida.
No me odies, no es mayor la culpa mía.
Ni es la tuya, negándote al futuro.
Sólo mudó valor en cobardía,
Había luz, y todo se hizo oscuro.
Hoy terminamos, a cada cual su sino.
¡Qué soledad! ¡qué nada! ¡qué vacío!
El mundo es amplio, pero no hay camino
Pues lo hice para ti, amor, triste amor mío.
© Carlos Adalberto Fernández
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Para Maria. De su blog
Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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