domingo, 31 de mayo de 2009
AGONÍA
Desde el fondo de los tiempos--. Desde el fondo.
Esa mueca sombría delimita
Las fronteras del hoy y del pasado.
Nada ha cambiado, pero ha terminado
Una ilusión, sin vallas, infinita.
Me miro y veo la herida.
Un rictus tu mirada.
Murió y no queda nada
Lo que era amor, no es vida.
No me odies, no es mayor la culpa mía.
Ni es la tuya, negándote al futuro.
Sólo mudó valor en cobardía,
Había luz, y todo se hizo oscuro.
Hoy terminamos, a cada cual su sino.
¡Qué soledad! ¡qué nada! ¡qué vacío!
El mundo es amplio, pero no hay camino
Pues lo hice para ti, amor, triste amor mío.
© Carlos Adalberto Fernández
sábado, 30 de mayo de 2009
ESCUCHO TODAVIA
Escucho todavía esa voz empañada
por el moho del tiempo que acarrea la muerte.
Tiniebla entre tinieblas, la memoria
sujeta los corceles del pasado,
hábil jinete en lucha, duro espectro
que al olvido degüella de una sola estocada.
¿Hasta cuándo, pregunto, se sumarán los trozos
de aquello destrozado por la vida?
Long Ohni
por el moho del tiempo que acarrea la muerte.
Tiniebla entre tinieblas, la memoria
sujeta los corceles del pasado,
hábil jinete en lucha, duro espectro
que al olvido degüella de una sola estocada.
¿Hasta cuándo, pregunto, se sumarán los trozos
de aquello destrozado por la vida?
Long Ohni
viernes, 29 de mayo de 2009
Mi lorito de Humberto Silva Morelli
Mi lorito
Cuando yo era chiquito
tuve un lorito
regalo de mamá.
¡¡¡ COMO TE VAAA!!!
¡¡¡ BERTITOOOOOOOOOOOO! !!
decía
mi lorito
regalo de mamá.
Yo quería
ese lorito
regalo de mamá.
Lo rascaba...
lo besaba...
y esperaba
cuando yo llegaba…
el ¡¡¡ BERTITOOOOOOOOOOOO! !!
de mi lorito
regalo de mamá.
El lorito
también me amaba…
me besaba
y gritaba
¡¡¡ COMO TE VAAA!!!
Pero un día
mi lorito…
el lorito
que yo quería
no me gritó…
Mi amado lorito
murió.
Hoy con mucho cariño
recuerdo el llanto de niño…
que de chiquito
tuvo un lorito
regalo de su mamá.
El lloraba por ese lorito
que de chiquito
él quería
y que le decía…
¡¡¡ COMO TE VAAA!!!
Humberto Silva Morelli
28 de mayo de 2009.
MANOS de Elisa Cincotta
MANOS
Manos ajadas
manos de pañales
mamaderas
surcos
y semillas
manos jardineras
césped de verano
amasijo leudante
canela y pico
manos de pintura
de paredes y ventanas
marcos de miradas
manos destruídas
manos de caricias
de adiós sin despedida
de noche virginal
de sucesos
de pañuelo
rocío de la muerte
manos agrietadas
tierra donde florece la sonrisa
y se siembra la palabra
son mis manos la gloriosa costumbre de la vida
©Elisabet Cincotta
Noche cierta de Elisa Cincotta
NOCHE CIERTA
¿será esta noche cierta
la que arremete nostalgias?
mientras la garúa golpea
y la humedad languidece
en mis mejillas
©Elisabet Cincotta
Elisabet Cincotta
http://misretazosen poemas.blogspot. com/
http://historias- sencillas. blogspot. com/
http://trayectoria- fotos.blogspot. com/
http://dedicadosyde dicados.blogspot .com/
miércoles, 27 de mayo de 2009
Mujer-Nube de Patricia Ortiz
Mansa e incansable
como la lluvia que la moja
deambula por el muelle
buscando inútilmente respuestas en el cielo.
El espiral de la soledad
se enreda entre sus pies
y trastabilla la cordura.
Se quiebra el bramido del mar
en el último soplo del viento
mientras ella se disipa junto con la niebla.
Su mirada insolente baja hasta la playa,
descubre su sombra espumosa en la arena
y unos pasos más allá
su cuerpo desnudo en la orilla
rodeado de velas y pájaros muertos.
Patricia Ortiz
martes, 26 de mayo de 2009
Asoman a la bahía
Bahía de Lima o Costa Verde, entre los distritos de Miraflores y Barranco
Permaneces con el tiempo
casita de madera
juegas en este cuento
con ese moderno
edificio blanco
y los dos asoman a la bahía
con guiños de ojo
y un carmín en sus labios.
Julia del Prado (Perú)
foto y poema en http://elblogderegina2.blogspot.com (rastros y fotos)
Permaneces con el tiempo
casita de madera
juegas en este cuento
con ese moderno
edificio blanco
y los dos asoman a la bahía
con guiños de ojo
y un carmín en sus labios.
Julia del Prado (Perú)
foto y poema en http://elblogderegina2.blogspot.com (rastros y fotos)
MITO-POEMA
Te abriré, mitopoema
porque estás más allá de habla caprichosa.
De estas murallas secas donde la gente
come vidrio y escupe lajas.
Yo sí creo en el Jardín con manzanas
de núcleo medulares e ígneos.
No me quedo sobre fiambre de tejones y espejismos.
Yo sí quiero la muerte, la vida, y seré un revendón
de estas verdades, los frutos.
Solazaré mis dedos por las grietas.
Buscaré la semilla, lo Eterno.
El que escrutó los grumos, las espinas,
y dijo «me es suficiente», no sabe de tus colores
más bellos, no sabe decir: «¡Existes!»
A corte de machete, dividiré las horas del presente
y los objetivos que guardaste dentro de la pepa.
Cantaré cuando el sol se despida desde esta orilla
a la pulpa blanda como vientre, como alma.
Habrá objetivos que no pueda decir todavía
que son míos, hortalizas prohibidas por ahora.
Las dejaré crecer y madurar para mí.
Vendré cuando me digas, renaceré.
Y sabré que hay sustancias para otros ojos
que me llevan ventaja, viejos almas
con eterno espíritu y cuyas gargantas
ya no conocen amargura; una visión estuvo
inserta en las estrofas del origen.
Carlos Lopez Dzur
porque estás más allá de habla caprichosa.
De estas murallas secas donde la gente
come vidrio y escupe lajas.
Yo sí creo en el Jardín con manzanas
de núcleo medulares e ígneos.
No me quedo sobre fiambre de tejones y espejismos.
Yo sí quiero la muerte, la vida, y seré un revendón
de estas verdades, los frutos.
Solazaré mis dedos por las grietas.
Buscaré la semilla, lo Eterno.
El que escrutó los grumos, las espinas,
y dijo «me es suficiente», no sabe de tus colores
más bellos, no sabe decir: «¡Existes!»
A corte de machete, dividiré las horas del presente
y los objetivos que guardaste dentro de la pepa.
Cantaré cuando el sol se despida desde esta orilla
a la pulpa blanda como vientre, como alma.
Habrá objetivos que no pueda decir todavía
que son míos, hortalizas prohibidas por ahora.
Las dejaré crecer y madurar para mí.
Vendré cuando me digas, renaceré.
Y sabré que hay sustancias para otros ojos
que me llevan ventaja, viejos almas
con eterno espíritu y cuyas gargantas
ya no conocen amargura; una visión estuvo
inserta en las estrofas del origen.
Carlos Lopez Dzur
domingo, 24 de mayo de 2009
El hoy sin ti se volvio ayer con agonia
http://albertoviera 4.blogspot. com
Desde el fondo de tu alma
sin que nadie te presioné
espero que algún día, me digas ¡yo te amo!
y esa frase estremezca mi interior
confirmándole a todos mis sentidos
que tus labios hablaron con verdad
a gritos y en silencio
por dentro de tus huesos
por fuera de tu piel
transpires al decirlo
y que llegue ese minuto
a mí me corresponde
mas hoy
cuando por minutos en mi espejo no te encuentro
quiero que el sonido de un minúsculo elemento
le diga a tus oídos que ansió recobrarte
porque el hoy sin ti se vuelve ayer con agonía
y desde el fondo de mi alma
sin que nadie me presione
espero cada día, decirte ¿yo te amo!
y esa frase estremezca tu interior
confirmándole a todos tus sentidos
que mis labios hablaron con verdad
a gritos y en silencio
por dentro de mis huesos
por fuera de mi piel
transpirando en el deseo de decirlo
y que llegue ese minuto
a ti te corresponde
mas hoy
aun en la distancia puedan los espejos
mostrarnos amarrados
seduciendo mutuamente el interior
sabremos que es amor
porque el hoy
estando sin nosotros
se hizo ayer con agonía.
viernes, 22 de mayo de 2009
Danza del padre
Padre bailaba
su huayno
en la montaña del cóndor
y estos apus le abrían sus puertas
en lenguaje de señas.
Padre dejaba
sus escritos
en una piedra de bronce
grafías vistas por la hija
en sus noches en alpha.
Su voz / su rostro
aparecían como hilos azules
en esas danzas de agua.
Bohemia / charla del padre
con otros poetas
entre violines de fiesta
y arcos de plaza.
Julia del Prado (Perú)
20 de mayo del 2009
su huayno
en la montaña del cóndor
y estos apus le abrían sus puertas
en lenguaje de señas.
Padre dejaba
sus escritos
en una piedra de bronce
grafías vistas por la hija
en sus noches en alpha.
Su voz / su rostro
aparecían como hilos azules
en esas danzas de agua.
Bohemia / charla del padre
con otros poetas
entre violines de fiesta
y arcos de plaza.
Julia del Prado (Perú)
20 de mayo del 2009
martes, 19 de mayo de 2009
Un adiós a Mario
Partió el último día de la semana
(tal vez para él, sería el primero)
en la tranquilidad del vacío dominical
dejó tras de si
las huellas hechas palabras
los sueños de las musas
millones de aprendices.
El romance entablado con los verbos
inundó corazones por todo el planeta
se blanqueo en hojas empastadas
en libros regalados
en cuentos leídos a toda prisa
en versos robados y susurrados
Los estantes están de duelo
ya no volverán tus manos a socorrerlos con tus páginas
la oscura sombra
de la despedida casi eterna
te tomo de la mano
nos tomó por sorpresa
nos dejo los secretos de lo no escrito
de lo no leído
de lo no dicho
de lo no sabido
Adiós, que es un hasta pronto
me despido, maestro
me quedo aprendiendo
hasta la próxima página
Mario Benedetti
(tal vez para él, sería el primero)
en la tranquilidad del vacío dominical
dejó tras de si
las huellas hechas palabras
los sueños de las musas
millones de aprendices.
El romance entablado con los verbos
inundó corazones por todo el planeta
se blanqueo en hojas empastadas
en libros regalados
en cuentos leídos a toda prisa
en versos robados y susurrados
Los estantes están de duelo
ya no volverán tus manos a socorrerlos con tus páginas
la oscura sombra
de la despedida casi eterna
te tomo de la mano
nos tomó por sorpresa
nos dejo los secretos de lo no escrito
de lo no leído
de lo no dicho
de lo no sabido
Adiós, que es un hasta pronto
me despido, maestro
me quedo aprendiendo
hasta la próxima página
Mario Benedetti
Descanse en paz...
sábado, 16 de mayo de 2009
jueves, 14 de mayo de 2009
IGUALDAD, LIBERTAD E IGUALDAD
Ilusión de vida,
flor naciente,
por desear instruirte
encontraste la muerte.
Nadie te llora.
los poetas siguen componiendo versos.
La notica de tu muerte les es indiferente.
Su silencio proclama asentimiento.
Poco vale las vidas de unas niñas…
Aceptable es el envenenamiento masivo
a manos de tu propio pueblo.
Yo, su hermana lejana
lloro,
reclamo y
levanto mi voz solitaria pidiendo:
¡LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD!
miércoles, 6 de mayo de 2009
Hallarás a Liani. Carlos López Dzur
La que te ame
y su ombligo te haya compartido,
la que se diga madre y te ofrezca su pecho
¡ay! cómo insiste el bohique
al pedir que la quieras hasta el fin de tus días.
Haz de amar ese modelo al inventar el beso
porque hallarás a Liani y querrás imitar
y su ombligo te haya compartido,
la que se diga madre y te ofrezca su pecho
¡ay! cómo insiste el bohique
al pedir que la quieras hasta el fin de tus días.
Haz de amar ese modelo al inventar el beso
porque hallarás a Liani y querrás imitar
a quien te dio los días...
Sea la madre, dijo el Yocahú
y Yaya, sivateado, la que te lama,
te lubrique, te humedezca
como si fuese el río que fluye a orillas
del corazón del limo.
Sea la madre, dijo el Yocahú
y Yaya, sivateado, la que te lama,
te lubrique, te humedezca
como si fuese el río que fluye a orillas
del corazón del limo.
Que se invente cosquillas y reviente
la hamaca, que te dé los remedios
antes que seas su crío, dependiente
de todo, de su olor, su tacto, su sonido;
la que te ame que a tu cabeza haga piojitos.
la hamaca, que te dé los remedios
antes que seas su crío, dependiente
de todo, de su olor, su tacto, su sonido;
la que te ame que a tu cabeza haga piojitos.
Que te busque en la herida
de los días ingratos.
Que te comprenda, gloriosamente,
cuando tengas la magia
de todo regocijo.
19-03-1980 / [Liani= palabra arahuaco-raína que significa MUJER'bohique: Médico-Sacerdote, brujoYocahú= Dios Creador y benevolente, hermano bueno de Juracánhamaca: la cama-mecedora inventada por los taínos]
http://carloslopezdzur-carlos.blogspot.com/2008/12/hallars-liani-tu-boho-de-gozo.html
de los días ingratos.
Que te comprenda, gloriosamente,
cuando tengas la magia
de todo regocijo.
19-03-1980 / [Liani= palabra arahuaco-raína que significa MUJER'bohique: Médico-Sacerdote, brujoYocahú= Dios Creador y benevolente, hermano bueno de Juracánhamaca: la cama-mecedora inventada por los taínos]
http://carloslopezdzur-carlos.blogspot.com/2008/12/hallars-liani-tu-boho-de-gozo.html
Carlos López Dzur:Poema a mi hija Gabrielita
La palabra que te dí la celo aún,
mis emociones, hago renuevos,
la presencia que me pertenece
porque soy tu padre y lo real del ángel
que me fue encomendado,
aún la celo. La sufro
en el proceso de tu crecimiento.
Soy el ángel Gabriel de tu bautizo,
la mitad de tu signo,hormona del fuego
que alabó tu casa.
Yo te dí el nombre.
Con mis manos te acerqué a mi pecho,
te cambié los pañales.
En las noches se conmovieron
mis ojos examinadores por tu causa.
Investigaba si tendrías hambre, sed,
calor o frío, cólicos, dolor, ganas
de mimos, si orinaste,
si jiña llevas encima,
si soñaste algún miedo
de los días;
te enseñé a jugar
con mis narices y apretar mis dedos.
Te celé los primeros llantos
al lado de tu madre cuando te daba
el pecho, te dí los Gerbers,
te puse el bobo. Lavaba tus chupetes
y no dormía hasta verte en silencio
y plácida, gozosamente rendida
de mi amparo. Te besé tantas veces
diciéndote: ¡ay, bebé mío,
eres mi ángel!
Divertías, no sé, cómplicemente,
mi olor paterno, mi instinto
de sonrisa. Te hundí en lo menos profundo
del gemido, criatura natural, Gabrielita.
Te puse dentro de mí antes de transferirte
a mi orgullo y a la ternura aterrada
según fuíste creciendo porque pensé
que van a llenarte de otras cosas,
ajenas a las mías, te mudarán
donde no soy la autoridad perenne,
sólo el ángel que desaparece
y se distancia para que tengas albedrío
y recojas a tu gusto lo que deseas
del mundo y puede que, en medio
de utensilios y entes a la mano,
ya no cuente, ya no sea
la parte cimera y confiada
del antojo.
En fin, todavía celo
la palabra que te dí, me aminoro
cada vez que creces comun
danamente,apetecida, apeteciente, soluta
con entes extraños, intramundanos.
Te pierdo y da temor y duele.
De «Las zonas del carácter»* Poema a mi hija Gabrielita
lunes, 4 de mayo de 2009
Sin lágrimas
Arribó a este planeta con luces doradas,
ilusiones que no se concretaron.
Bebió placeres y malgastó momentos
hasta menospreciar la vida.
Amó con toda garra
y recogió traiciones.
Esparció semillas de ilusiones
y estas fueron infecundas.
Tus lágrimas formaron
un río hondo sin escape.
Saltaste al vacío
desafiando el regalo de Dios,
este excusó tu vanidad
otorgándote una segunda vez.
Abriste tus ojos sin noción
del tiempo transcurrido,
enjugaste muchas
lágrimas de arrepentimiento.
© Kellypocharaquel. -
ilusiones que no se concretaron.
Bebió placeres y malgastó momentos
hasta menospreciar la vida.
Amó con toda garra
y recogió traiciones.
Esparció semillas de ilusiones
y estas fueron infecundas.
Tus lágrimas formaron
un río hondo sin escape.
Saltaste al vacío
desafiando el regalo de Dios,
este excusó tu vanidad
otorgándote una segunda vez.
Abriste tus ojos sin noción
del tiempo transcurrido,
enjugaste muchas
lágrimas de arrepentimiento.
© Kellypocharaquel. -
sábado, 2 de mayo de 2009
Serie: Escenas de Ciudad
Serie: Escenas de Ciudad
Ciudad Escenario: Los Ángeles, California.
Si algo tenían en común aquellas tres mujeres era lo soñadoras.
A veces parecían vivir en un cuento de hadas en el que ni eran felices ni comían perdices.
Las tres eran inmigrantes, bellas y estaban en edad de merecer.
Eran tan exigentes que siempre te preguntabas si estarías a la altura de ese supra yo que ellas proyectaban de vos.
Cuando las conocí me las presentaron como “las tres tristes tigresas” y como al principio no entendí totalmente el porqué de la etiqueta, tuve que utilizar todos mis conocimientos de sicología para descifrar cada enigma de mujer que ellas representaban.
Era como entrar en el laberinto del minotauro, pero sin minotauro y sin burladeros, rastrillando los pies como toro bravo para no dejarse devorar de las tigresas.
Marietta, la salvadoreña, era una médica medianamente exitosa que a veces hacía de uróloga aficionada. Desde que había migrado de su El Salvador en guerra, tenía como única meta encontrar a su príncipe azul aunque para ello tuviese que besar muchos sapos y uno que otro viejito verde.
Hablaba inglés perfectamente pero cuando quería conquistar un gringo visajoso recurría siempre a su frase de cacería número 13: “I don’t speak much English, wanna teach me some?”. Lo decía con acento y más parecía una wetback que una residente retrechera. Si el ganoso de turno se hacía el interesante, recurría entonces a su infalible juego del “tequila caliente” porque era una convencida de que un ombligo apetitoso vale más que mil palabras.
Lola, la española, era una divorciada acomodada que vivía de un salón de belleza que de vez en cuando administraba y del sudor de su exmarido, un macho vulgar y superficial que gastaba parte de su fortuna en callgirls y masajistas pajeras.
Ella en cambio, se derretía por los texanos o por cualquier hombre que tuviera pinta de vaquero y que pudiera cabalgar cual potro salvaje. No necesitaba hablar. Le bastaba su mirada lasciva y sus labios carnosos para conseguir lo que quería. Jamás se le resistió hombre alguno. A todos los despojaba de su ropa interior que luego etiquetaba y guardaba en un cuarto como sus trofeos de guerra. Tenía un pantaloncillo negro que decía Bruce Willis y juraba que se había acostado con él, que le había hecho el “combo” y que el tipo tenía el fetiche de los pies.
Sandra, la colombiana, era tan ilusa como irresistible. Trabajaba como ejecutiva en un banco y a menudo rompía el dress code poniéndose faldas arriba de la rodilla para dejar ver sus piernas perfectas que desconcentraban a cualquiera.
Recién llegada a Los Ángeles soñó con ser actriz y volverse famosa de la noche a la mañana. Empero, jamás se acostó con ningún director para obtener un papel, aunque propuestas no le faltaron. Ella sabía que al hacerlo solamente obtendría el papel de amantonta de ocasión. Había migrado a los Estados Unidos porque estaba harta del machismo de los colombianos y decía que no quería terminar sus días como la típica ama de casa latina. Insistía en que los gringos y europeos eran menos machistas y que la valoraban más por sus opiniones que por sus atributos físicos. Pobre ilusa.
Cuando las tres tigresas salían juntas de cacería se convertían en auténticas depredadoras que devoraban cualquier hombre que cumpliera por lo menos siete de los diez requisitos que habían escrito conjuntamente. Sin pensarlo, se habían convertido en espejos de esos hombres que se acuestan con docenas de mujeres porque creen que a través del sexo encontrarán la mujer ideal, aquella de la que se enamoren porque resulte ser una especie de “virgen con experiencia”, una contradicción de cazador cazado que no piensa con la cabeza sino con la cabecita.
Ellas los buscaban altos y bien parecidos, pero a veces se conformaban con feos inteligentes o enanos con sorpresa. Jamás lo hacían borrachas ni aceptaban faena sin “sombrero” porque decían que preferían morir asesinadas que víctimas de Sida.
Intentaron tantas fórmulas. Experimentaron tantas nacionalidades. Se metieron en medio de tantas parejas. Y besaron tantos sapos! Pero ninguna de las tres coronó su príncipe y terminaron mal casadas, bien divorciadas y cantando “It’s raining men” a todo pulmón en cualquier bar con rocola donde sirvieran buenos martinis. La última vez que hablé con ellas por teléfono estaban en Daytona a la caza de adolescentes cachondos en spring break. Nunca cambiaron. Nunca cambiarán. Y espero que nunca lo hagan porque son infinitamente divertidas.
© 2009, Malcolm Peñaranda.
Ciudad Escenario: Los Ángeles, California.
Si algo tenían en común aquellas tres mujeres era lo soñadoras.
A veces parecían vivir en un cuento de hadas en el que ni eran felices ni comían perdices.
Las tres eran inmigrantes, bellas y estaban en edad de merecer.
Eran tan exigentes que siempre te preguntabas si estarías a la altura de ese supra yo que ellas proyectaban de vos.
Cuando las conocí me las presentaron como “las tres tristes tigresas” y como al principio no entendí totalmente el porqué de la etiqueta, tuve que utilizar todos mis conocimientos de sicología para descifrar cada enigma de mujer que ellas representaban.
Era como entrar en el laberinto del minotauro, pero sin minotauro y sin burladeros, rastrillando los pies como toro bravo para no dejarse devorar de las tigresas.
Marietta, la salvadoreña, era una médica medianamente exitosa que a veces hacía de uróloga aficionada. Desde que había migrado de su El Salvador en guerra, tenía como única meta encontrar a su príncipe azul aunque para ello tuviese que besar muchos sapos y uno que otro viejito verde.
Hablaba inglés perfectamente pero cuando quería conquistar un gringo visajoso recurría siempre a su frase de cacería número 13: “I don’t speak much English, wanna teach me some?”. Lo decía con acento y más parecía una wetback que una residente retrechera. Si el ganoso de turno se hacía el interesante, recurría entonces a su infalible juego del “tequila caliente” porque era una convencida de que un ombligo apetitoso vale más que mil palabras.
Lola, la española, era una divorciada acomodada que vivía de un salón de belleza que de vez en cuando administraba y del sudor de su exmarido, un macho vulgar y superficial que gastaba parte de su fortuna en callgirls y masajistas pajeras.
Ella en cambio, se derretía por los texanos o por cualquier hombre que tuviera pinta de vaquero y que pudiera cabalgar cual potro salvaje. No necesitaba hablar. Le bastaba su mirada lasciva y sus labios carnosos para conseguir lo que quería. Jamás se le resistió hombre alguno. A todos los despojaba de su ropa interior que luego etiquetaba y guardaba en un cuarto como sus trofeos de guerra. Tenía un pantaloncillo negro que decía Bruce Willis y juraba que se había acostado con él, que le había hecho el “combo” y que el tipo tenía el fetiche de los pies.
Sandra, la colombiana, era tan ilusa como irresistible. Trabajaba como ejecutiva en un banco y a menudo rompía el dress code poniéndose faldas arriba de la rodilla para dejar ver sus piernas perfectas que desconcentraban a cualquiera.
Recién llegada a Los Ángeles soñó con ser actriz y volverse famosa de la noche a la mañana. Empero, jamás se acostó con ningún director para obtener un papel, aunque propuestas no le faltaron. Ella sabía que al hacerlo solamente obtendría el papel de amantonta de ocasión. Había migrado a los Estados Unidos porque estaba harta del machismo de los colombianos y decía que no quería terminar sus días como la típica ama de casa latina. Insistía en que los gringos y europeos eran menos machistas y que la valoraban más por sus opiniones que por sus atributos físicos. Pobre ilusa.
Cuando las tres tigresas salían juntas de cacería se convertían en auténticas depredadoras que devoraban cualquier hombre que cumpliera por lo menos siete de los diez requisitos que habían escrito conjuntamente. Sin pensarlo, se habían convertido en espejos de esos hombres que se acuestan con docenas de mujeres porque creen que a través del sexo encontrarán la mujer ideal, aquella de la que se enamoren porque resulte ser una especie de “virgen con experiencia”, una contradicción de cazador cazado que no piensa con la cabeza sino con la cabecita.
Ellas los buscaban altos y bien parecidos, pero a veces se conformaban con feos inteligentes o enanos con sorpresa. Jamás lo hacían borrachas ni aceptaban faena sin “sombrero” porque decían que preferían morir asesinadas que víctimas de Sida.
Intentaron tantas fórmulas. Experimentaron tantas nacionalidades. Se metieron en medio de tantas parejas. Y besaron tantos sapos! Pero ninguna de las tres coronó su príncipe y terminaron mal casadas, bien divorciadas y cantando “It’s raining men” a todo pulmón en cualquier bar con rocola donde sirvieran buenos martinis. La última vez que hablé con ellas por teléfono estaban en Daytona a la caza de adolescentes cachondos en spring break. Nunca cambiaron. Nunca cambiarán. Y espero que nunca lo hagan porque son infinitamente divertidas.
© 2009, Malcolm Peñaranda.
viernes, 1 de mayo de 2009
Lo intenté.
.........................."Y tu piel ajada
...........................compañera
..........................de un alma quejumbrosa
...........................ahuyenta la poesía"
...........................María Fischinger
Lo intenté.
Dibujé soles y lunas
para tus ojos.
Atrapé el aire en mis manos
para que sólo tu
pudieses respirarlo.
Inmolé rocíos
en hogueras de llanto
para no molestar tu paz.
Y sin embargo...
tu alma no supo apreciar
el tesoro obsequiado,
no pudo o no quiso
valorar lo dado.
Y caí en la cuenta
que tuya no era la culpa
sino mía
por pedir que la árida tierra
frutos me diera.
Liliana Varela
...........................compañera
..........................de un alma quejumbrosa
...........................ahuyenta la poesía"
...........................María Fischinger
Lo intenté.
Dibujé soles y lunas
para tus ojos.
Atrapé el aire en mis manos
para que sólo tu
pudieses respirarlo.
Inmolé rocíos
en hogueras de llanto
para no molestar tu paz.
Y sin embargo...
tu alma no supo apreciar
el tesoro obsequiado,
no pudo o no quiso
valorar lo dado.
Y caí en la cuenta
que tuya no era la culpa
sino mía
por pedir que la árida tierra
frutos me diera.
Liliana Varela
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Para Maria. De su blog
Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.
EMILIO MEDINA MUÑOZ