viernes, 17 de abril de 2009

La Ladera. Cuento de Julia del Prado. Publicado en Voces de hoy (Miami), mayo-junio 2009


La ladera




Dicen que era un caballero elegante, de facciones finas, un caminante aventurero que gustaba de mujeres, sean rubias o morenas. Andaba a caballo, lo llamaban El Bandido.

Yo no lo conocía en esa época, sólo llegó a mis oídos sus coqueteos. Lo vi sí de lejos, en su etapa de años vividos, de hombre viejo, vencido por la vida, con esa añoranza marcada que tiene todo Don Juan. Lo vi sí, en varias oportunidades en una ladera de algún lugar del planeta y no sé si exactamente en un sueño. No recuerdo en que ciudad, en qué país, pero ahí omnipresente estuvo bajo un árbol meditando –a veces-, vociferando otras.

Parecía –me dije-, Marlon Brando, pero Marlon cuando ya no tenía atractivo, pobre Marlon. Gordo, ceboso, sin ese rastro de joven que seduce con una mirada a la mujer. Y sólo solo repetía como zombi versos incoherentes acompañado de su guitarra, a su última dama, una rubia sanguínea “raposa”. Ella lo había puesto en tal estado, cada osadía, cada atrevimiento de juventud lo había pagado con ella.

Lo vi sí, pero la última vez -Oh Dios, fue más o menos así. En la ladera bajo el árbol sentado en su rutina, sólo que ahora se levantó para caminar y se cae en su vejez aturdida, vueltas vueltas daba, una pelota, eso era. No me explico ilusión o magia, la pelota vieja, gorda y calva ante mis ojos asombrados se tornó piedra. Y luego: nada, nada, nada.


Julia del Prado, mediados de marzo del 2009.

4 comentarios:

Marga® dijo...

Y luego: nada, nada, nada... terminarán así los Don Juan... ?
Me gustó - Besitos Marga

www.margaseoane.blogspot.com

Unknown dijo...

A ti amiga, las gracias, ¿terminaràn asì?..., Julia

Maria Fischinger dijo...

Julita
Ojala tomen nota los futuros Don.
Besos
Maria

Maria Fischinger dijo...

Marga
Un gusto verte por aqui.
Besos
Maria

Para Maria. De su blog


Si me envías al trabajo, linda dama,
no me esperes que llegue hasta tu puerta,
pues mis huesos alarma dan de alerta
y mejor estoy dormido en blanda cama.
Tu me pones de Muestrario caballero,
y muy digno de tu afán pongo mi arte,
para al fin a tu gloria desearte,
un saludo prolongado de sombrero.
Tu Maria, eres buena a mi estandarte,
y sin nada que turbase nuestra vida,
yo te tengo por amiga muy querida.
Este verso me sale de mi alma
y lo mando a tu buzón, con la alegria,
de tenerte en Eslovenia, a ti Maria.
Si alguna vez voy, te busco.

EMILIO MEDINA MUÑOZ

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